Acné (Barros y Espinillas)
Muchos adolescentes viven aterrados por la aparición del acné en su piel. Es una enfermedad de la piel que se presenta cuando se taponan unos pequeños orificios que todos tenemos y que se llaman poros. Cuando las glándulas sebáceas que también tenemos todos en la piel producen más grasa de la normal, ese exceso de grasa puede hacer un tapón en el poro reteniendo dentro sebo y células muertas; formando lo que se conoce como barros o espinillas.
En la mayoría de los casos, se trata de una afección leve. Eso quiere decir que lo único que aparece son barros ocasionales. Pero algunas personas padecen acné severo que es una enfermedad más seria ya que los barros se convierten en quiste, son dolorosas y es mucho más frecuente que dejen cicatrices. Se desconocen las causas finales del acné pero sí se sabe que está relacionado con la genética. Así que si tú tuviste acné en la adolescencia, es más probable que tus hijos también lo sufran. Con la llegada de la pubertad comienza a aumentar en el organismo la actividad hormonal y esta, a su vez, hace que se estimulen las glándulas sebáceas, con mayor producción de grasa en la piel es más frecuente el taponamiento de los poros. |
De hecho se calcula que ocho de cada diez adolescentes sufren acné en algún grado, hay diversos estudios que han probado que periodos de fuerte estrés pueden provocar aparición de brotes de acné.
Parece que la explicación está en que las tensiones emocionales provocan alteraciones hormonales y a su vez, propician la aparición del acné, barros y o espinillas en la cara y los hombros aunque en algunos casos también pueden salir en el tronco, las extremidades y los glúteos. Son las pequeñas protuberancias que se forman por la acumulación de grasa en los poros Cuando el sebo acumulado en los poros está en contacto con el aire se oxigena y se pone de color oscuro. Se les conoce también como espinillas. Por otro lado en el acné severo, la inflamación de los poros puede producirse en un nivel mas profundo de la piel. Cuando existe infección se produce pus, los barros se vuelven duros y además son dolorosos y reciben el nombre de quistes. Las cicatrices son la secuela más frecuente de esta enfermedad. Son marcas perennes en la piel que quedarán tras la desaparición de los quistes y, a veces, de los barros. Su eliminación es muy difícil. Si se evita la infección es mucho más probable que no aparezcan cicatrices. |
Los mejores consejos son evitar tocarse barros o quistes, no tomar el sol sin protección y seguir un tratamiento adecuado para cada tipo de acné; el cual no se cura pero sí existen fórmulas para controlarlo mientras desaparece por sí solo. En los casos de acné severo hay que ir al médico para que el establezca el tratamiento a seguir. Cuando se trata de un acné leve hay que mantener especial cuidado con la higiene y pueden utilizarse algunos tratamientos de venta sin prescripción disponibles en las farmacias.
Es importante cuidar la piel adecuadamente para ello es bueno lavarse las zonas en las que hay barros o quistes con jabón suave que no provoque sequedad y que no contenga aceites. Ese lavado puede realizarse dos veces al día, por la mañana al levantarse y por la noche antes de acostarse poniendo cuidado en no restregar la piel con fuerza. También es recomendable utilizar maquillajes y cremas lo menos grasos posible y desmaquillarse convenientemente. En cuanto al cabello, también se recomienda su lavado diario con champú suave, sobre todo si es un cabello graso. Y es conveniente mantener el cabello apartado de la cara si en esta ya han aparecido barros o quistes. |
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