Autismo
Al hablar del autismo tenemos que referirnos a un trastorno neurológico complejo que generalmente dura toda la vida y forma parte de un grupo de trastornos denominados trastornos del autista (ASD en inglés).
Esta enfermedad de muy difícil manejo, ya que se diagnostica con autismo a 1 de cada 75 individuos y a 1 de cada 50 niños varones, haciéndolo más común que los casos de cáncer, diabetes y SIDA pediátricos sumados entre si, está presente en cualquier grupo racial, étnico y social, y es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas; daña la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros. Además está asociado con rutinas y comportamientos repetitivos, tales como arreglar objetos obsesivamente o seguir rutinas muy específicas. Los síntomas pueden oscilar desde leves hasta muy severos. Cabe mencionar que los trastornos del espectro autista se pueden diagnosticar formalmente a la edad de 3 años, pero nuevas investigaciones están retrocediendo la edad de diagnóstico a 6 meses. |
Generalmente son los padres quienes primero notan comportamientos poco comunes en su hijo o la incapacidad para alcanzar adecuadamente las fases del desarrollo infantil.
Afirman los padres que su hijo parecía diferente desde su nacimiento y otros, que iba desarrollándose normalmente y luego perdía aptitudes. Puede que inicialmente los pediatras descarten las señales del autismo pensando que el niño podrá alcanzar el nivel deseado y le aconsejan a los padres que esperen y vean como se desarrolla. Otras investigaciones muestran que cuando los padres sospechan que hay algo mal con su hijo, generalmente están en lo correcto. Todo padre que tenga alguna inquietud en el diario actuar o en el desarrollo de tu hijo, no debe esperar mucho tiempo, debe hablar con su pedíatra para que sea evaluado. Todo niño que ha sido diagnosticado con autismo, debe tener acceso a una intervención temprana, la cual es determinante para que pueda beneficiarse al máximo de todas las terapias existentes. |
Aunque para los padres puede ser difícil etiquetar a un pequeño como “autista”, entre más pronto se haga el diagnóstico cuanto antes se podrá actuar, desgraciadamente no existen medios efectivos para prevenir el autismo, ni tratamientos totalmente eficaces o cura.
Sin embargo, las investigaciones indican que una intervención temprana en un entorno educativo apropiado, por lo menos por dos años durante la etapa preescolar, puede tener mejoras significativas para muchos niños pequeños con trastornos de autistas, pero tan pronto como se diagnostique el autismo, la intervención temprana debe comenzar con programas eficaces, enfocados en el desarrollo de habilidades de comunicación, socialización y cognoscitivas. Es por ello que lejos de referirnos a las causas de esta enfermedad nos hemos enfocado a la conducta que todo padre debe mostrar de manera pronta y efectiva. Solo mencionaremos que la causa es de origen genético. |
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