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Los tentáculos de la violencia alcanzan 
a un joven salvadoreño en New Jersey


Héctor Sermeño

El pasado 5 de julio se celebró una misa en la iglesia Holy Family, ubicada en el 530 35th Street de Union City, para honrar la memoria de quien en vida fuera, José Lázaro Urías Hernández, un joven de solo 19 años de edad, originario de Ilobasco, departamento de Cabañas; que llegó al estado Jardín hace dos años, con una mochila llena de sueños de superación, para él y para su familia, pero que una bala asesina truncó en un segundo todos esos anhelos por cumplir.

Al servicio religioso se hicieron presentes, los dos hermanos: Enrique de 23 años, José Ángel, de 18 y su hermana María Angélica, con quienes compartía su casa José Lázaro, en la ciudad de West New York; además de otros amigos cercanos del ahora occiso; quienes se mostraban totalmente consternados. Mauricio, el hermano mayor, afirma que según el reporte policial, su hermano fue asesinado de un tiro, que le propinaron 3 sujetos cuando se disponía a entrar en su casa de habitación.

“Según las investigaciones policiales, mi hermano salió de trabajar a las 5pm el pasado martes 30 de junio, y como todos los días se dirigió a estudiar inglés a una escuela local, de donde salió a eso de las 8, como de costumbre. Después se fue con un amigo a un restaurante donde departieron otras dos horas mas. 
Luego se dirigió a su casa y cuando se disponía a abrir la puerta fue atacado por sus asesinos, uno de los cuales ya se encuentra detenido, aunque todavía hay dos prófugos de la justicia”, detalló Enrique, con mucho pesar y nostalgia en sus palabras.

Por cierto, un periódico local en inglés dice que las autoridades han descubierto un video de vigilancia de un negocio de los alrededores que les proporcionó la información suficiente para realizar esa primera captura, pues se identificó al  joven Juan Carlos García Gómez, un muchacho de 20 años, quien ya ha sido acusado de asesinato.

Sin embargo, el que mas impactado se encuentra es el hermano menor, José Ángel, quien dicho sea de pasó llegó a Estados Unidos hace solo unos meses, con la ayuda de su hermano ahora muerto. “Él me iba a ayudar a solucionar mi situación migratoria porque tenía papeles, e incluso tenía pensado inscribirme en la misma escuela de inglés que él estaba asistiendo. Ahora mi situación se vuelve más complicada”, decía un cabizbajo José Ángel.

Según las personas que conocieron a José Lázaro, incluso sus vecinos y compañeros de trabajo, (trabajaba en un restaurante en North Bergen)lo describen como un joven alegre, de fácil sonrisa, tranquilo, respetuoso y muy llevadero, con mucha pasión por su trabajo y grandes planes para el futuro, por eso estaba estudiando inglés junto a uno de sus compañeros de trabajo.
Pero después de la impactante tragedia de ver a su hermano asesinado, vino otra tarea dantesca para la familia Urías Hernández, avisarle a sus padres allá en Ilobasco lo que había ocurrido, sin tener las respuestas que ellos espontáneamente comenzaron a hacer. “Nosotros tenemos la obligación moral de llevar los restos de nuestro hermano para que nuestros padres se despidan de él, como tiene que ser”, agrega Enrique con gran certidumbre.

No obstante, en estos momentos de zozobra para la familia Urías Hernández, ellos han encontrado el apoyo de la Organización Comunitaria Salvadoreña, quienes esperan apoyarlos, no solo en lo relacionado al funeral y al traslado de los restos de José Lázaro a su lugar de origen, sino en buscar que José Ángel, el menor de los hermanos, pueda acceder a la escuela y estudiar el bachillerato en un centro de estudios local, como su hermano Lázaro lo hubiera querido.

Pero para garantizar el eterno descanso de José Lázaro, es que sus familiares realizaron esta misa en su memoria. “Nuestra misión es llevar la buena nueva del evangelio a toda la humanidad, incluso en estos malos momentos, como lo hicieron los profetas en su momento, incluso como lo hizo Monseñor Romero, aunque le costase la vida”, dijo el padre Paco Legarra, párroco de dicha iglesia.

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