Una voz, un Mundo: Una noche de Bolero, Tango y Romance
Estas y otras melodías, que prácticamente son poemas musicalizados, fue lo que se escuchó el pasado 9 de febrero, en la iglesia St. John ubicada en el 224 de la calle Waverly Pl, en Manhattan, en una noche llena de romanticismo, justo en los albores del día del amor y de la amistad.
El responsable de todo esto fue Mario Arévalo, el reconocido tenor salvadoreño, muy popular en el área de New York-New Jersey, quien es impulsor del programa “Una voz, un mundo”, y explicó a LDN que esta actividad se realizó con el propósito de recaudar fondos para ayudar a los niños pobres de El Salvador, especialmente aquellos que tienen el talento musical, que no han podido desarrollar. Aunque al momento de la interpretación musical, Mario sonó impecable como siempre, con mucha |
espontaneidad aceptó que es la primera vez que canta este tipo de géneros musicales, que tanto gustan a las personas mayores, pues realmente nunca van a pasar de moda, no obstante, algunas melodías son difíciles de interpretar, como “La Malagueña”, aunque espera incluirla en su repertorio musical en sus próximos conciertos, señaló.
Pero Mario Arévalo no fue el único salvadoreño entre el grupo de talentosos músicos esa noche, también estuvo el pianista, Tristan Gonzalez y el guitarrista Chalateco, Henry Guillén, quienes también mostraron sus habilidades artísticas. Por cierto, Henry dice que nació en Dulce Nombre de María y llegó a Nueva York, cuando tenía sólo 9 años de edad y en la actualidad estudia para ser maestro de música, lo que le ha llevado a aprender a tocar con solvencia, muchos instrumentos musicales. |
Otra de las artistas de gran protagonismo en la noche de romanticismo fue la mexicana, Guadalupe Peraza, quien deleitó a los presentes con su hermosa voz, con melodías como “La llorona”, entre muchas otras, aunque como ella misma lo expresa puede interpretar diferentes géneros musicales.
Otros de los músicos presentes en la noche de boleros, tango y romanticismo, fueron la cantante puertorriqueña, Serena Hernández, los percusionistas también puertorriqueños, Wilfredo Vélez y Tito Esquilín, así como el pianista y director musical finlandés, Markus Kaitila, quienes ofrecieron lo mejor de su arte, para que aquella noche los presentes tuvieran una velada llena de nostalgia y romanticismo. |
HTML Comment Box is loading comments...